Él nos defendió con un corazón de león, muriendo como un cordero sin abrir la boca.
Jesús no ganó la batalla en la cruz, lo gano en el huerto de Getsemaní cuando tomó la decisión de ir a la cruz, y desde ese momento nada lo detuvo para llegar a la gloria, ni el más profundo dolor en el cuerpo.
Así como el pastor carga a un cordero, Él nos carga a nosotros cerca de su corazón…
Isaías. 40:10,11 He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro. Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas.